IX Encuentro Latinoamericano y Caribeño de CEBs
Fecha: 16 - 21 junio de 2012
Lugar: San Pedro Sula, Honduras
Tema: Relanzamiento de las Comunidades Eclesiales de Base
Lema: Las Comunidades Eclesiales de Base comprometidas con la justicia y la paz.
Objetivo general: Compartir, evaluar, proyectar y celebrar el proceso de relanzamiento de las Comunidades Eclesiales de Base en el continente para continuar sembrando semillas y frutos de nueva sociedad e iglesia, como signos del Reino.
Participantes: 174 personas de 19 países: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay, Estados Unidos, Venezuela. Invitada de Filipinas., 1 Obispo
Mensaje Encuentro IX
PROCLAMA DEL IX ENCUENTRO LATINOAMERICANO Y
CARIBEÑO DE CEBS.
DEL 16 AL 21 DE JUNIO DEL 2012.
San Pedro Sula, Honduras
“De lo más profundo de todo aquel que crea en mí brotarán ríos de agua viva”
(Jn. 7,38)
En el contexto del 50 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, de los 44 años de la 2ª conferencia Episcopal latinoamericana de Medellín, los 180 participantes en el IX Encuentro Latinoamericano y Caribeño de las Comunidades Eclesiales de Base, desde San Pedro Sula, Honduras enviamos un saludo fraterno a las hermanas y hermanos de los 17 países de América Latina y del Caribe, de EEUU y Filipinas, representados en este Encuentro.
Con gran preocupación constatamos, una vez más, que en nuestros países continúa dominando el sistema neoliberal autoritario que expande la criminalidad, la desigualdad económica y social, destruyendo la vida de millones de personas y la creación; que son países productores y consumidores de droga, en los que el crimen organizado crea inseguridad creciente y ha llegado a controlar territorios. Viven el problema de la migración. Hay un deterioro creciente del medio ambiente, por la explotación irracional de los recursos naturales. Sin embargo, los movimientos sociales emergentes y en algunos lugares, la misma sociedad civil están presionando para que esta situación cambie y crean propuestas alternativas.
Ante esta realidad de muerte, nos anima la esperanza, en una sociedad que defienda y promueva la vida digna y que ya se hace realidad en hechos pequeños o grandes articulados. Jesús es el Agua que se convierte en nuestro interior en un manantial de Agua viva (Cf. Jn4, 14). Las Comunidades Eclesiales de Base son así fuente de la cual brota Agua viva. Ellas como el Agua, dan vida, son fuente de energía para enfrentar las dificultades que se presentan en el cumplimiento de la tarea de contribuir para que el Reino de Dios acontezca ya desde este mundo, ellas, como el agua, son discretas, no se hacen notar, pero están presentes, acumulan fuerza y ellas purifican.
Ellas tienen su raíz en Jesús, el Evangelio de la vida. Como El, viven y sienten el dolor de los empobrecidos; como él anuncian la buena nueva a los pobres, la liberación a los oprimidos, dan luz a los ciegos, y anuncian el año de Gracia del Señor (Cf. Lc 4, 18-19). Como él, las CEBs sanan a los enfermos, hacen caminar a los paralíticos, hacen oír el clamor de los pobres, resucitan a los que tienen muerta la esperanza (Cf. Mt.9,35-36)
Ellas unen la fe con la vida, porque son lugar de encuentro con Dios y con los hermanos y hermanas, de encuentro con el perdón de Dios y donde se comparte el Pan de la Palabra, de la Eucaristía y el pan que nos hermana; en ellas se vive y profundiza la espiritualidad de Jesús y su propuesta de su Reino y la mística. Buscan incidir en la economía del mercado total con la gratuidad, en la exclusión con la proximidad y en la corrupción con la ética de la honestidad y del servicio.
Ellas son expresión del proyecto comunitario de Jesús, que se esfuerzan por vivir su identidad de Iglesia, ahí donde el Pueblo se juega la vida. Son Comunidades ecológicas, que por ser comunidad y por tener hambre de Pan y no de Oro, se esfuerzan por convertir este modelo de desarrollo basado en el hambre de oro, de explotación de la persona humana y de la naturaleza, en un modelo fundado en la dignidad de la persona y en el amor.
El relanzamiento que iniciamos en el VIII Encuentro en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, ha tenido resultados positivos en la formación, en la articulación, en la reanimación de las Comunidades de Base, que se habían perdido o estaban en las catacumbas, y en la apertura y participación en luchas y movimientos sociales.
La presencia y participación de los jóvenes en este IX Encuentro ha sido muy significativa y esperanzadora, y son una interpelación a nuestro caminar. De igual forma, la participación de calidad y más propositiva de la mujer ha sido notable. Nuestra espiritualidad se enriqueció con los momentos de oración, enraizada en la pluriculturalidad de nuestros pueblos, que nos coloca ante el desafío de una propuesta evangelizadora intercultural.
Asumimos en este Encuentro los compromisos de:
Fortalecer y consolidar los logros alcanzados por el relanzamiento de las CEBs.
Acompañar los procesos de CEBs de manera estratégica, haciendo uso de los más diversos medios
tecnológicos y presenciales, para una mejor proyección e incidencia.
Asumir nuestro ser ecológico como tarea prioritaria, conscientes de su conflictividad y la conversión que implica.
Continuar fortaleciendo la pertenencia de los jóvenes a esta manera de ser iglesia y que ella sea el espacio para alimentar su fe y compromiso, su creatividad y expresiones propias.
Ante el cierre de fronteras a los migrantes, la violencia y discriminación y la violación de sus derechos humanos más fundamentales, queremos ser solidarios con ellos siendo comunidades que incluyen, apoyan y denuncian los atropellos a que son expuestos.
Queremos terminar esta proclama rogando al Padre-Madre de todos y todas, a Jesús, el fundamento de nuestras Iglesias, y al Espíritu, nuestra fortaleza:
Padre, no queremos que el viento
sople más fuerte en nuestras casas y apague la vela de la esperanza en un futuro cada vez más incierto; queremos el fuego fuerte de tu Espíritu, que siempre venza. No queremos seguir trabajando de sol a sol, para que el amo se quede con nuestro sudor, con nuestra comida, con nuestro dinero, con nuestro esfuerzo. Queremos dignidad para luchar por lo nuestro. Seguiremos clamando que Tú ves el sufrimiento de tus hijos e hijas y que has bajado para liberarlos. Tu cuerpo, nuestro cuerpo, Señor Jesús, ha de tener los ojos profundos, imperturbables, serenos, acusadores y consoladores de Oscar Romero y las hermanas Maryknoll: Dorothy Kazel, Jean Donovan, Carla Piette, Ita Ford y Maura Clarke. Tu cuerpo, nuestro cuerpo, hade ser radicalmente fiel como Francisco de Asís y las hermanas Alice Domon, Léonie Duquet y Yolanda Cerón. Tu cuerpo nuestro cuerpo, pretende ser incansable y fuerte, como lo fue fray Bartolomé de Las Casas y Margarita María Alves. Tu cuerpo, nuestro cuerpo ha de ser cercano como lo fue con los indígenas, Mons. Leónidas Proaño y la hermana María Correa. Tu cuerpo, nuestro cuerpo, Ha de exhalar el hambre de verdad, que desprendía Mons. Gerardi y Marianela García Tu cuerpo, nuestro cuerpo, ha de ser testimonio firme y consecuente como Lo fue el obispo Angelelli y la hermana Silvia Maribel Arriola . Señora de la esperanza, sostén el ritmo de nuestra espera en el Reino que ya despunta en nuestra América Latina. LOS PARTICIPANTES AL
IX ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE CEBS.
Oscar Romero: Su fidelidad insobornable al evangelio le llevó a una muerte martirial el 24 de marzo de 1980, arzobispo de San Salvador, El Salvador, profeta y mártir.
Las hermanas Maryknoll: Dorothy Kazel, Jean Donovan, Carla Piette, Ita Ford y Maura Clarke. Secuestro, violación y asesinato de tres religiosas y una seglar en El Salvador: el 2 de diciembre de 1980.
Francisco de Asís De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios. Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Muere el 3 de octubre de 1226.
Alice Domon, Léonie Duquet: Religiosas, y sus compañeras, mártires de la solidaridad con los familiares de desaparecidos políticos en Argentina. Detenidas y asesinadas el 8 de diciembre de 1977.
Yolanda Cerón: Muere asesinada el 19 de septiembre de 2001. Religiosa de la Congregación de la Compañía de María, acompañaba a comunidades indígenas y afrocolombianas y realizaba una labor de denuncia permanente sobre la grave situación de los derechos humanos de la región, comprometida por la paz y la justicia en Colombia.
Fray Bartolomé de las Casas: muere el 17 de julio de 1566, fue un fraile dominico español, cronista, teólogo, obispo de Chiapas, México, filósofo, jurista y apologista de los indígenas. Le fue otorgado el título de "Protector de los indios".
Margarita María Alves: muere asesinada el 12 de agosto de 1983, presidenta del Sindicato Rural de Alagoa Gande, Paraíba, Brasil, mártir de la lucha por la tierra.
Mons. Leónidas Proaño: Muere el 31 de agosto de 1988, «obispo de los indios», en Riobamba, Ecuador.
María Correa: muere el 30 de Mayo de 1994 Religiosa, hermana de los indígenas mby'a, y profeta de la denuncia en su tierra paraguaya
Mons. Gerardi: Obispo guatemalteco, asesinado el 26 de abril de 1998, el símbolo de la conflictividad que conlleva la lucha por la pervivencia de la memoria de los genocidios
Marianela García Villas: muere el 14 de marzo de 1983 asesinada junto con veintinueve campesinos y campesinas en Guazapa. Abogada de los pobres, fundadora de la Comisión de DDHH de El Salvador, mártir de la justicia.
Obispo Enrique Angelelli: Obispo de La Rioja, mártir, asesinado con un accidente provocado el 4 de agosto de 1976. Comprometido con la causa de los pobres.
Silvia Maribel Arriola: Enfermera, primera religiosa mártir en un frente de combate, acompañando al pueblo salvadoreño. Es asesinada el 17 de Enero de 1981.
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